NORTHTOWN, 20 Oct [MedEx]- Los hombres y mujeres que trabajan en empleos de mucho estrés y poco remunerados tienen un significativo incremento de riesgo de mortalidad cardiovascular.

Los investigadores finlandeses estudiaron a empleados fabriles sin enfermedad cardiovascular que trabajaban en puestos de alto estrés laboral. Los empleos de alto estrés fueron clasificados por: alta demanda y carga laboral, bajo poder de decisión, un trato laboral rudo, inseguridad, pocas posibilidades profesionales, supervisión injusta, y premios que no compensan el esfuerzo. Se midió en todos los participantes los factores de riesgo profesional tradicionales: tabaquismo, vida sedentaria, estado socioeconómico, sobrepeso, hipertensión arterial y colesterol elevado. Los resultados después de ajustar por edad y sexo revelaron que los trabajadores que informaron trabajar en empleos exigentes y sin poder de decisión, tuvieron 2.2 veces más riesgo de mortalidad cardiovascular comparado con los trabajadores que informaron bajo estrés laboral. Aquellos empleados con bajo salario, ausencia de aprobación social y trabajos muy exigentes elevaron su riesgo a 2.4. Este riesgo permaneció alto aún después de ajustar los datos al grupo laboral y a los factores de riesgo cardiovascular iniciales. A los 5 años de seguimiento los empleos de alto estrés estuvieron asociados con colesterol total elevado y a los 10 años los empleos con un desequilibrio premio-esfuerzo estuvieron asociados con mayor índice de masa corporal. Los autores sostienen que el continuo estrés laboral podría estar relacionado a cambios patofisiológicos desfavorables. Las recomendaciones extraídas del estudio indican poner atención en la prevención del estrés laboral, y entre aquellas personas que trabajan en estas condiciones se debe prevenir el sobrepeso y el colesterol alto.

[Fuente]- Edición del 19 de Octubre de 2002: British Medical Journal

[Tipo de Estudio]- Estudio prospectivo de cohortes.

[Asignación]- Se estudiaron 812 operarios fabriles sin enfermedad cardiovascular al empezar el estudio. El periodo de seguimiento fue de 25.6 años.

[Autor]- Dr. Mika Kivimki y colegas.

[Centro]- University of Helsinki

[Cita]- BMJ [ta] 2002 [dp] 325 [vi] 857-860 [pg]

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